Los pobres de corazón…
Cierran la puerta a los sueños, renuncian a la alegría y convierten en sangría, los momentos más risueños.
Es solo, pura apatía, que genera desazón sin la mínima razón. Provocando antipatía.
Los pobres de corazón… ¡Nunca alegrarán el día! Es su triste cobardía, con duro caparazón,
lo que intentan transmitir. No te dejes contagiar, ni pretendas elogiar… Solo debes admitir,
no hay mejor que compartir buen humor y simpatía. Y si vences la apatía, hoy te vas a divertir…
¡Es el alma quien te guía!
Castellet 29/01/11
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