longevos saludables y concluyó que más allá de las características
biológicas, el denominador común de todos ellos radicaba en
sus conductas y actitudes.
“Cada pensamiento genera una emoción y cada emoción moviliza
un circuito hormonal que tendrá impacto en las 5 trillones de
células que forman un organismo –explica–.
Las conductas “S”: serenidad, silencio, sabiduría, sabor, sexo,
sueño, sonrisa, promueven secreción de Serotonina,
mientras que las conductas “R”: resentimiento, rabia, rencor,
reproche, resistencias, represión, facilitan la secreción de coRtisol,
una hormona coRRosiva para las células, que acelera el envejecimiento.
Las conductas “S” generan actitudes “A”: ánimo, amor,
aprecio, amistad, acercamiento.
Las conductas “R” por el contrario generan actitudes “D”:
depresión, desánimo, desesperación, desolación.
Con solo aprender este simple alfabeto emocional de 4 letras:
S.A.R.D. desde edades tempranas lograremos que más gente
viva más tiempo y mejor, porque la “mala sangre”
(mucho cortisol y poca serotonina) deterioran la salud,
posibilitan la enfermedad y aceleran el envejecimiento.
El buen humor, en cambio, es clave para la longevidad
saludable.”