Indiferentes al cansancio, huellas de nuestros místicos cuerpos, envueltos en el tiempo sin edad, testigos mudos que danzan sueños, sobre los vientres el éxtasis, y corales sobre la arena dorada, los muslos en la postura, con envidiado orgasmo en la playa.
Lírica escala en invisible anhelo, con relámpagos desafiantes, caricias compactas en mis senos, siguiendo la constelación lunar, súplicas en el ramaje del horizonte, en el canto de un gorrión enamorado, que hoy viaja con ansia galopante, en mi cuartel dentro de tu mente.
Buscas la fragancia de mi pelo suelto, respiración que se confunde con el viento, soy sirena en la semilla de la aurora, minimizando la causa que me mata, reflejada en la decisión del atajo, en el elixir abrigado de tus besos, invocando los mágicos “te quiero”.
Pasión con fiebre que desciende, en el forcejeo y zozobra de huesos, alientos que aterrizan en vuelos, mar de embestidas sin barreras, con la unión de la fiebre que desciende, dónde reposa la savia que me siembra, suave como espuma, luz de primavera, fantasía y deseos con néctar de aventura.
BRISEIS (ANNIE)
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