Mi cónyuge y yo NO tenemos nada en común.
Ya no soporto vivir con ella.
Somos dos mundos distintos,
me frustra al no poder hacer con ella las
cosas que a mi me gustan. ¿Qué puedo hacer?
¿Tengo que seguir viviendo con una persona
que no comparte mis gustos, pasatiempos y aventuras?
Respuesta:
Espero que realmente sus palabras sean serias.
¿Estás seguro que ustedes NO tienen nada
en común? Se me hace difícil creer que no
tienen absolutamente nada en común.
Si bien es cierto los hombres y la mujeres
fuimos creados totalmente diferentes,
tanto física, emocional, mental y hasta
espiritualmente, no podemos sin embargo
negar que Dios puso también
muchas cosas que si son comunes en nosotros.
En primer lugar Dios nos hizo diferentes para
que nos enriquezcamos y construyamos juntos
un Reino de lo Nuestro y eso requiere años
explorar , entendernos, negociar y construir.
Mientras construimos ese Reino
necesitamos descubrir entre nosotros lo que si es común.
Quiero compartirte amigo algunos
cosas que te ayudarán a descubrir lo que si es común.
1.- Deje de Fantasear.
A veces no vemos nada en común entre
nosotros como pareja porque hemos estando
viviendo una fantasía, creíamos que íbamos
a encontrar la pareja perfecta cuando nos
casamos y muchos siguen casados y siguen
viviendo esa fantasía y diciendo, no me case
con la persona perfecta. Ninguno de
nosotros somos perfectos. De seguro
que antes de casarte, cuando eran sólo
novios si veías en ella cosas en común. ¿Qué pasó?
¿Dónde y cuando se perdió lo
que sentías por tu pareja antes de casarte?
2.- Comience a escuchar más a su cónyuge.
Cuando tengas oídos para escucharla (o),
descubrirás que en sus deseos y anhelos
hay muchas cosas que pueden encontrar
en común. Escuche su cónyuge y tome nota
de todo lo que tienen en común , tome nota
de que lo que le produce gozo a ella, lo que
la hace reír. Haga una lista que las
cosas que encuentras que produce gozo en los dos.
3.- Aprenda a descubrir las cosas que
son diferentes de los dos y que al explorarlas los podrían enriquecer.
Recuerde que Dios nos hizo diferentes,
eso nos puede dividir si lo miramos como
obstáculos humanos, pero a la vez nos
enriquecería si miramos las diferencias como un regalo de Dios.
Parejas inteligentes aprenden a celebrar
las similaridades y a combinar las
diferencias de una manera que los lleva
a decirse el uno a al otro…”TE AMO” y eso
les permite descubrir nuevas cosas y crecer como pareja.
Mira la vida desde otro ángulo y la Vida
te mirará a ti como un Constructor de Generaciones.
Dr. Serafìn Contreras Galeano
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