FIN DE UN SUEÑO.
Entre mis dedos se ha quedado un sueño. Se ha quedado dormido como un tierno. Apenas alcancé a tocar sus delicadas alas alistándose para el vuelo. Apenas si lo sentí llegar en un canto… No estoy triste por haber soñado. Estoy triste por toda la arena que se me quedó en las manos esperando el castillo que habría de surgir desafiándolo todo: vientos mareas malos augurios de los sacerdotes del tiempo. Triste estoy por lo que pudo haber sido. Porque hubiera podido ser tan hermoso, pleno y soleado arco iris después de las lluvias. Hubiéramos podido inventar el amor desde tanta esquina diferente, irlo haciendo en un modo nunca visto antes del mundo. Porque podíamos. Teníamos la magia, la fórmula secreta, el gozo por descubrir alquimias encerradas en la memoria de la tierra Pero no tuvimos, amor las alas amaestradas que requería nuestro sueño y nos quedamos allí, en el umbral del poema, mirándonos apenas y sabiendo que pudo haber nacido y no lo despertamos a tiempo.
Gioconda Belli.
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