A principios del siglo veinte,
un niño cuya familia había emigrado
de Suecia a Illinois compró por correo
un libro sobre fotografía que le costó veinticinco centavos.
Cuando llegó el pedido, descubrió que en lugar
de mandarle el libro que él había pedido,
le habían mandado uno sobre
ventriloquia. ¿Qué hizo él? Se puso a estudiar ventriloquia.
El niño era Edgar Bergen, quien por más
de cuarenta años ha entretenido a la gente
con la ayuda de un
muñeco de madera llamado Charlie McCarthy.
La capacidad de innovar está en el
corazón de la creatividad, un componente vital para el éxito.
Jack Matson, profesor en la Universidad
de Houston reconoció ese hecho y desarrolló
un curso que sus estudiantes llamaron
«Fracaso 101». En él, Matson encarga
a sus estudiantes crear
imitaciones de productos que nadie compraría.
Su meta es conseguir que los estudiantes
comparen el fracaso con la innovación en l
ugar de compararlo con la derrota. De esa
manera serán libres para intentar nuevas
cosas. «De esta manera aprenden a
recargar y prepararse para disparar otra vez», dice Matson.
Si usted quiere tener éxito, tiene que aprender
a hacer ajustes a la forma en que hace las
cosas y tratar de nuevo.
La adversidad ayuda a desarrollar esa habilidad.
John C. Maxwell. El Lado Positivo
del Fracaso. Thomas Nelson Inc. 2000. p.137
No es tiempo de ponernos a llorar a la orilla
del camino si las cosas no salen como
esperábamos, es tiempo de levantarnos
y comenzar a andar, porque sin duda el
camino nos llevará a un inesperado destino.
Recuerda que con Dios siempre tenemos grandes sorpresas.
Y Abram siguió su camino,
continuando hacia el Neguev. Génesis 12:9.
Yo lo he elegido para que instruya a sus hijos
y a su familia, a fin de que se mantengan
en el *camino del Señor y pongan
en práctica lo que es justo y recto.
Así el Señor cumplirá lo que le ha prometido. Génesis 18:19.