son como hilos blancos en una aguja
y su piel arrugada, como caminos a lo desconocido,
y su rostro sublime, y sus ojos mirando a las estrellas,
sentada al pie de la ventana,
pide un centavo de amor a dios
para que bendiga a los suyos y los cuide.
Todo el tiempo,
ella es la imagen serena,
caminando al ritmo de las olas del viento,
buscando los mejores cuentos,
para decírselos a sus nietos,
que se sientan enfrente de ella.
Una sonrisa de sus ovejitas
son como mil caricias a su corazón
porque ella es la maestra y la filosofa
diciéndoles como caminar
en el camino de la vida.
Ella es la abuela, la bue… la abuelita…
la que se sienta en su sillón de roble,
y la que se duerme como un ángel,
y la imagen serena.
MAURY