Recordándote.
Que suerte para mi haberte conocido. Que suerte haberte hallado y que tu voz, tus manos me hicieran sentir tu bondad infinita. Cuando miraba esos tus ojos oscuro, veía reflejado lealtad y en tus labios la pureza pues tus palabras salen claras sin ofensas. Añoro tanto tu persona que de tanto recordarte y no verte, mi nostalgia sacude mi alma. Y al recordar tu nombre… siento el estallido de mi corazón que te siente dentro y estás tan lejos a la vez.
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