EL RESPETO A MÍ MISMO
Yo valgo porque Dios me proveyó de valores personales profundos. No tengo que ganármelos.
El respeto a mí mismo se nutre de esos valores, que conozco y llevo Dentro de mí. Poseo esos valores. Son míos. Debo de nutrirlos y cuidar de ellos, ya que corro el peligro de que se deformen, amenazados como están por una sociedad orientada hacia el éxito material.
Si logro salvar las trampas que me tiende ese éxito, si no me "adorno" de éxitos de ese tipo a expensas de los demás, conservaré el respeto de mí mismo. Daré entonces más importancia a aquellos actos que expresen mi valía -don maravilloso que me ha sido dado-, proyectándola hacia los otros. Esta es mi motivación primera, lo que me impulsa a ser mejor.
Mi valía es mi mundo. Me comprometo y cumplo mi palabra. Esto, Es más importante, es crucial.
A los demás les digo: "Valgo tanto como tú. Intercambiemos valores. Yo te ofrezco lo mejor de mí mismo, esperando que me correspondas de la misma manera."
"Recuerda que lo interno es más importante, aquellos que se interesan sólo por lo externo están condenados a llevar una vida muy superficial.”
Si en algunas ocasiones te han hecho sentir mal diciéndote que no eres valioso,
no hagas caso desde hoy en adelante, porque ante los ojos de Dios si lo eres
y Él te ha dotado de cosas buenas, porque de Si mismo nos ha dado aliento
y este hace que se note que tenemos talentos, dones y valores que hacen nuestra
vida agradable, por eso desde hoy en adelante cambia tu manera de pensar
si te han ofendido en este aspecto y vive radiante sabiendo que Él te ama,
te brinda lo mejor y se acuerda de ti cuando sufres.
Autor: Anthony de Mello

|