yo vengo de una estirpe de mujeres solas eficaces inembargables derrotadas antes de nacer por la muerte siempre guardadas como semillas que arrastra el viento entregadas al sacrificio de la vida sin un futuro ni un presente sin vástagos que las resguarden aprendidas en soledad ellas mismas amamantándose haciendo de cada día una victoria estéril mujeres que hablan desde muy lejos ahogadas en su torpeza y en la bruma del deseo mujeres solas que arruinaron sus manos en el oficio duro que le entregaron las prendas blancas y perdieron sus días entre toses y dolores de pecho conociendo todo de la pobreza administrando los silencios y el alimento diario entrando en las jornadas con un dolor irremediable estirpe sin grandes ambiciones dulces mujeres que amaron sin respuesta y fueron una tras otra mano con mano fundando la cadena del desamparo
María Antonieta Flores
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