La Envidia (Primera Parte).
¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros?
Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.
Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. Santiago.4:1-3
Encontré dos significados muy fuertes sobre la envidia;
Significa en su origen, quemadura, luego el color que se produce en el rostro por una emoción profunda y, en consecuencia, ardor, fervor, celo.
Envidia; tristeza o pesar del bien ajeno
Santiago, nos esta dando una enseñanza más allá de lo que pueden leer nuestros ojos físicos; fíjate, él pregunta, de donde vienen las guerras y los pleitos? Es de suma importancia que nos detengamos y meditemos de que nos esta hablando antes de hacer una descripción mas amplia sobre la envidia.
El dice que las guerras y los pleitos en nuestro hogar, en el colegio, en el trabajo, en el vecindario, en la ciudad, en el país, y en el mundo, vienen de nuestras pasiones, lo cual significa que la envidia, la codicia, los celos, son sencillamente la evidencia de las pasiones desordenadas que habitan en el corazón del ser humano…las raíces de amargura… Es decir, que ellas tienen una habitación donde moran en nuestra alma, y sencillamente cuando se presenta la oportunidad salen de su morada y se evidencian, brotando en nosotros ese sentimiento tan podrido y desagradable que es característico de pasiones como la envidia.
La primera vez que se usa en la Biblia la palabra Envidia, es en Génesis:30.1, y dice; “viendo Raquel que no daba hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana, y decía a Jacob: Dame hijos, o si no, me muero”…..esta mujer no estaba interesada en quedar embarazada por un propósito correcto, sino que lo que la estaba carcomiendo, era que su hermana Lea, si le había dado hijos a su esposo Jacob, ella solo quería competir, porque lamentablemente, en esto estaba su seguridad, tener hijos para su esposo, y no para la Gloria de Dios, y así, no quedaría atrás de su hermana Lea…probablemente esta era la causa de su esterilidad, la envidia de su corazón….cuanto cuidado debemos de tener, al pedirle algo al señor….debemos asegurarnos de tener la intención correcta, tener la intención conforme a su voluntad y no a la nuestra.
Nuestra actitud puede llegar a ser muy triste, cuando no nos detenemos a meditar en el por qué, o el para qué, queremos hacer algo…cuando sencillamente nos dejamos llevar por un sentimiento enfermizo, que nos causa tanto daño, y nos lleva a ocasionarlo a los que están a nuestro alrededor… Colosenses 3:23 Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres…si querida amiga, el tener un bebe, como todas las demás cosas que pienses hacer, deberán ser para Dios, ya que todo lo que hagamos para los seres humanos no podrá ser recompensado, pero todo lo que hagamos de corazón, como para el Señor definitivamente que si tendrá una recompensa… Colosenses 3:24 sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.
Si me expongo a la Palabra de Dios y a la oración, seré lavado, regenerado y cambiado por el aliento de vida eterna que sale de la boca de DIOS.
La próxima vez que te preguntes ¿De dónde vienen las guerras y los pleitos? Solo asegúrate que no vengan de las pasiones que combaten dentro de tu propio corazón.
Querido amigo, querida amiga, como siempre dos opciones, pidiendo para saciar mi corazón lleno de envidia, o entendiendo que todo lo que haga debe de glorificar el nombre de Jesús. Tú decides.
Sembrando y cosechando
Solo para Jesús
Elsa de Moran