LA NARANJA
Un ateo dictaba una conferencia ante un
gran auditorio defendiendo la inexistencia de Dios.
Después de haber finalizado su discurso,
desafió a cualquiera que tuviese preguntas
a que subiera a la plataforma.
Un hombre que había sido bien conocido en la
localidad por su adicción a las bebidas alcohólicas,
pero que había encontrado recientemente liberación
y esperanza en Dios, aceptó la invitación y
sacando una naranja del bolsillo comenzó a
pelarla lentamente.
El conferencista le pidió que hiciera la pregunta;
el hombre, continuó imperturbable pelando
la naranja en silencio, al término de lo cual, se la comió.
Se dirigió al conferencista y le preguntó:
"¿Estaba dulce o agria?"
"No me pregunte tonterías", respondió el orador
con señales evidentes de enojo; "
¿Cómo puedo saber el gusto si no la he probado?"
Y aquel hombre regenerado por el amor de
Dios le respondió:
"Y ¿cómo puede usted saber algo de Dios,
si nunca lo ha probado?"
Dios te dice: "Juro por mi vida que, en mi presencia,
todos se arrodillarán y me alabarán" Romanos 14:11
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