“El Señor es mi amigo fiel, mi lugar de
protección, mi alto escondite, mi libertador,
él es mi escudo y con él me protejo”. Salmo 144:2.
Cuando no conocía a Dios mi vida era
vacía y sin sentido. Desde que él lleno
mi alma puedo decir que Dios es el Santo
Espíritu de inspiración dentro de mi
mismo, es el refugio fuera de mi.
Dios es, por lo menos para nosotros
los cristianos, la expresión natural de
la suprema realidad y por eso llamo a
esa parte sublime del Universo con el
nombre de Dios, porque él es el creador
mismo del universo, pero además es mi amigo fiel y mi protector. Nosotros y Dios tenemos una tarea en común y, cuando
nos abrimos a su influencia, se realiza
nuestro destino más profundo. El universo,
en aquella parte que es nuestro propio ser,
se orienta realmente hacia lo peor o hacia
lo mejor según que cada uno de nosotros
cumpla o eluda las exigencia de Dios.
Y hoy quiero cumplir sus exigencias.
Con el amor podemos alcanzar a Dios
y retenerlo, nunca con el pensamiento.
Si un hijo del Padre experimenta terror
ante él y halla que el pensamiento de Dios
le incomoda, apresúrese, no se detenga a
ponerse un vestido, sino corra rápidamente
en su desnudez, como un verdadero niño,
buscando un refugio para sus males y para
sus terrores en los brazos salvadores de su
Padre, porque además de amigo fiel y
lugar de refugio es el genuino Padre amoroso.
En Dios encuentro el verdadero amor.
El amor es infalible; no comete errores
pues todos los errores son indigencia
de amor. Todas las cosas externas deben
supeditarse al amor; pues ellas están
ordenadas a la búsqueda del amor y no
el amor a la búsqueda de ellas.
Cuando Dios ama, sólo desea ser amado,
pues sabe que el amor hará feliz a todos
los que lo amen a él. Si eres cristiano es
insensato buscar a Dios fuera de si mismo. Esto desembocaría o en idolatría o en escepticismo, porque la Biblia habla de
que Dios mora en ti. Nunca esperes tener
el tiempo y el lugar más adaptado para hablar con él. Esperar hasta que llegues a la iglesia o a la casa es hacerlo esperar a él.
Recuerda que él te escucha mientras tu caminas, porque él es tu amigo fiel.
Dr. Serafín Contreras Galeano www.serafincontreras.com
Señor, Gracias por mostrarme tu amor
y por ser mi refugio. En ti estoy siempre
seguro y confiado . Hoy quiero marchar
con mi corazón lleno de tu amor y lleno
de agradecimiento por darme tu paz.
Eres mi alto refugio de quien temeré?. Amén.
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