Cuando
tu egoísmo no limite tu capacidad de amar.
Cuando
confíes en ti mismo aunque todos duden de ti y dejes de preocuparte por el que
dirán.
Cuando
sepas distinguir la sonrisa de la burla y prefieras la eterna lucha a la falsa
victoria.
Cuando
actúes por convicción y no por adulación.
Cuando
puedas ser pobre sin perder tu riqueza y rico sin perder la
humildad.
Cuando
sepas perdonar tan fácilmente como ahora te disculpas.
Cuando
puedas caminar junto al pobre sin olvidar que es un hombre y junto al rico sin
pensar que es un Dios.
Cuando
sepas obsequiar tu silencio a quien no te pida la palabra y tu ausencia a quien
no te aprecia.
Cuando
no trates de hallar la respuestas en las cosas que te rodean sino en tu propia
persona.
Cuando
aceptes los errores y no pierdas la calma.
"Sólo
entonces podrás considerarte un triunfador".
Desconozco su autor
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