-Yo creía que
las personas eran seres especiales enviados por Dios a la tierra para amarse y
crecer juntos.
-Creía que
el amor era una moneda corriente de gran valor en el mundo y todos ganaban lo
suficiente como para dejar de ser egoístas y ahorraban sonrisas para invertirlas
en los amigos y en sus almas.
-Creía que
las personas habían hecho un monumento en cada ciudad como una obra compartida,
un recuerdo para los hijos y no como símbolo del orgullo y vanidad.
-Que la
electricidad era producida por ríos y vientos para beneficio de todos sus
hermanos.
-Creía que
los niños eran dones preciosos de la tierra y que todos los amaban porque eran
la promesa de un mundo mejor, nunca pensé que había gente que los abandonara o
no los quería. Pensaba que todos los días había alguien dispuesto a hacerlos
felices.
-Yo miraba
el mundo desde las nubes y corría entre las estrellas, loco de contento tratando
de hacer feliz a alguien. Amaba tanto a las personas que siempre buscaba la
forma de ayudarlos en sus pedidos.
-Creía que el
mundo era un hermoso globo floreciendo en el espacio, lleno de cosas buenas y
maravillosas. No me imaginé que había seres con pensamientos tan egoístas, tan
insolentes y desagradecidos, y aprendí bien qué es eso... tonto de mi... no lo
había visto antes.
-Cuando llegue
a estos sitios quise reír, pero un golpe me hizo llorar. Así me recibió el
mundo, tan solo el abrazo de mi madre calmo el dolor. Crecí en esta tierra,
respirando este aire y alimentándome de lo que ella da. Aprendí a amar a los
árboles, que tienen tantas historias para contar, a las plantas que crecen por
todos lados y tienen tan buenos sentimientos. Aprendí a amar a los animales que
tienen una conciencia un poco mas limitada que los seres humanos, pero sus
sentimientos son tan plenos... tan simples.
-Aprendí que
existe la envidia, el egoísmo, la guerra... el racismo que es una odiosa forma
de insultar a la Creación de Dios. Aprendí como se denigran las personas y
buscan su propia destrucción por un interés transitorio, más ellos piensan que
son tesoros eternos, tratan de lograr sus objetivos sin importarles nada acerca
de otros seres que viven en inferioridad de condiciones y muchas veces esas
personas no tienen qué comer.
-Aprendí lo
que es el orgullo, la maldad, la insolencia, la avaricia, el desprecio, la
burla, la marginación, la mentira, la violencia, la degradación, los tormentos
internos, el egoísmo, la soberbia, la hipocresía y... el olvido...
-Aprendí
tantas cosas feas, tantas cosas que yo no había visto desde allí... aprendí a
cada paso viviendo cada una de esas cosas, sintiendo en mi piel correr el ácido
de la pobreza humana, llorando, cayéndome y volviéndome a levantar. Respirando
profundo, mirando el cielo azul de todos los tiempos, viví. Viví a cada momento
un trozo de la historia, buscando calmar el ánimo y mejorando mis días, siempre
tratando de encontrar una explicación en ojos de cristal... de las personas que
veo a diario y sin embargo no asumen su rol en el divino porvenir, no se dan
cuenta de su importancia en el relato de la vida, entonces sufren, pelean,
reclaman, gritan, y piensan que a nadie les importan, porque los otros también
están haciendo lo mismo.
-Cada uno trae
a este mundo una misión que cumplir. Hay algunas misiones que son familiares y
te enseñan a caminar, otras, te enseñan a volar, hay quien viene para educar,
otros para tan solo amar, hay tantas misiones como seres humanos existen, son
tantas las cosas maravillosas que cada uno debe descubrir... pero cuesta
aprender y "ver" lo que los ojos del alma ven.
-En cada
pedacito de tiempo lloramos un poco por muchas cosas difíciles y nos sentimos
impotentes ante la crueldad, pero la misión debe continuar, con mucho peso sobre
los hombros, debemos seguir, tal vez en el camino encontremos la luz de las
estrellas que brillan recordándonos de donde venimos.
-Yo traje a
este mundo una misión... abrir una puerta, una puerta al infinito para que tus
ojos vean la maravilla del poder del Ser y que dejen atrás lo que fue, lo que no
estuvo bien. Me ha costado grandes aflicciones caminar entre santos y burlones,
y después de todo he decidido llegar a tu corazón sencillo, ese que tantas veces
vi en mis sueños, ese ser luminoso que espera una respuesta llamado
TU.
-Yo vine a
abrir una puerta y que veas la maravilla de las estrellas y que sepas que ¡todo
en el universo tiene conciencia! El universo piensa, ama y siente tal como tu.
Dios no es una idea nacida de la razón por la razón y ante la necesidad de
justificación. Dios es el centro mismo de todo el universo, es una conciencia
tan grande, tan gigantesca que jamás podríamos atraparlo con la razón y la
lógica, pues no se subordina a nuestros pensamientos, son nuestros pensamientos
que están subordinados a El. Si esto no sucede, si el pensamiento no se orienta
a su origen divino, es como un cometa errante que en cualquier momento
desaparecerá pues su destino fue ese y nada más, tan solo ha tenido la suerte de
conocer algo de la maravilla del vivir, y aún así Dios puede tomarlo con su
infinito amor y volverlo una luz en el camino para guía de quienes estén en
situaciones similares.
Dios no te
juzga porque tengas dinero, o porque quieras conseguirlo. Te juzga porque por
omisión no haces nada por aquellos a los que le falta el pan, un abrigo o una
palabra de amor. Porque tú no eres superior a nada en este mundo, una planta, un
árbol, un río, un animal vale tanto como tú.
Y tú vales
tanto como tu conciencia te representa ante Dios. De acuerdo al contenido de tu
conciencia será el peso y el brillo que tengas ante El.
-Si en tu
interior faltan muchos árboles, deben ser los que cortaste y no repusiste, si en
tu interior falta palabras de agradecimiento es porque nunca has ayudado a
nadie, si en tu interior falta amor, es porque nunca has amado a nadie. Todo lo
que falta son como agujeros vacíos en el campo luminoso de tu ser. Y si nunca
has sabido llenar esos vacíos con amor, y no se lo muestras Dios, es porque
nunca te has preocupado en obtenerlo.
-Eso quiere
decir que le lleves amor recogido en tu camino, agradecimientos y bondad que
hayas tenido en la vida. Ese es el poder que te dignifica ante Sus ojos y no
otro. Todos recogemos en el camino un poquito del poder de Dios. El lo ha dejado
allí en infinitas formas. Solo es cuestión de reconocer en cada cosa su
maravillosa mano y ..... detrás su inmenso bondad.
-Déjame saber
que me he equivocado. Te prometo que no diré nada a nadie, salvo a Dios, que
cuando me pregunten como es la Tierra, diré que es lo mejor. Déjame saber que
todo ha sido un error, déjame ver algo hermoso e inteligente, la sabiduría
acumulada por milenios que brota del corazón, déjame entender que cuando los
ángeles lloran es porque han tenido un mal sueño.
-Ven, toma mi
mano, dame la tuya. Vamos a realizar buenas obras, en tu casa, con tus amigos,
en tu trabajo, en todos tus tiempos, déjame ver con ojos amigos que eres una
buena persona. A cambio te prometo un viaje infinito, sobre millones de
estrellas que adornan los cielos y entibiarán tus pies, yo te prometo un campo
de amor perfumado con fragancias divinas y arrullado a tu lado dormirá tranquilo
el Señor. Tú Ángel...
D/A
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