• Testículos: Son los encargados de producir los espermatozoides y las hormonas masculinas (andrógenas). Son glándulas de forma ovoide que se originan dentro del abdomen y después del nacimiento descienden a una bolsa llamada escroto. La estructura interna del testículo está formada por una membrana (de tejido conectivo) que penetra en su interior para dividirlo en varios compartimientos o lóbulos. En ellos se pueden observar los tubos seminíferos en cuyo interior se producen los espermatozoides. Al llegar a la pubertad, la glándula pituitaria o hipófisis comienza a segregar hormonas llamadas “gonadotropinas”, que por el torrente sanguíneo llegan a los testículos y los estimulan para que en los tubos seminíferos se inicie la producción de los espermatozoides. Estos, por su parte, segregan hormonas llamadas andrógenos, entre las cuales la más importante es la testosterona, por ser la responsable de los caracteres sexuales secundarios del varón.
  
  

• Epidídimo: Es un conducto de varios metros que se enrosca sobre sí mismo formando una especie de casquete sobre el testículo. Su función es la de recibir los espermatozoides procedentes de los testículos y conducirlos por contracción de sus paredes al conducto deferente.

• Espermatozoide: Es el gameto masculino; célula haploide con la mitad de cromosomas de la especie (23), cuya estructura está conformada por la cabeza, el cuello y la cola o flagelo. El núcleo se encuentra en la cabeza.
  
  

• Coito o acto sexual: Es la penetración del pene en la vagina que culmina con la eyaculación o salida del semen.
  
  

• Caracteres sexuales secundarios del varón: Se manifiestan desde la pubertad, puesto que son producidos por los andrógenos (testosterona). Entre ellos se encuentran la aparición del bello axilar, púbico y corporal, cambio en el timbre de voz de agudo a grave, ensanchamiento de la espalda, desarrollo muscular marcado, interés y atracción marcada por el sexo opuesto.

• Ovarios: Son las gónadas femeninas en donde se producen los óvulos o gametos femeninos. Se encuentran a los lados de la pelvis y además de óvulos producen varias hormonas llamadas progesterona y estrógeno. En los ovarios existen numerosas cavidades, en las cuales se encuentra un óvulo en diferentes etapas de desarrollo.
  
  

• Trompas de Falopio: Conductos que comunican los ovarios con el útero y transportan los óvulos hasta el útero. En ellos se realiza la fecundación.
  
  

• Útero o matriz: Es un órgano de forma y tamaño parecido a un aguacate, con paredes gruesas y elásticas capaces de aumentar de tamaño. Su función es la de albergar, proteger y alimentar al embrión y al feto durante el embarazo y ayudar con las contracciones al parto.

• La vagina: Es el conducto cuya función es la de recibir a los gametos masculinos. Se comunica con la vulva, que es la parte externa del aparato reproductor femenino.

El funcionamiento de los ovarios también está controlado por las hormonas producidas en la hipófisis. En la pubertad el ovario segrega hormonas llamadas estrógenos, que son las responsables de los caracteres sexuales secundarios de la mujer, además, produce la progesterona, que es la hormona del embarazo.

En el ovario se completa la maduración del óvulo dentro del folículo y una vez maduro es expulsado hacia las trompas de Falopio. Este fenómeno se conoce con el nombre de ovulación y de aquí en adelante el óvulo puede ser fecundado. El útero, por su parte, se prepara para recibir al óvulo fecundado.

Por la acción de la progesterona, el tejido que tapiza el útero o endometrio crece, pero al no presentarse la fecundación se desgarra y se produce una hemorragia acompañada de moco, lo que constituye la menstruación, fenómeno que dura de 3 a 5 días. Si no hubo fecundación el óvulo muere a los dos días.

Después comienza la fase de reparación y de nuevo vuelven a aparecer en el endometrio nuevos capilares sanguíneos, y se vuelve a iniciar el ciclo.

• La fecundación: Es la unión del espermatozoide con el óvulo y se lleva a cabo en el tercio anterior de la trompa de Falopio. De los millones de espermatozoides que llegan al óvulo solo uno fecundará a éste. Una vez dentro, los núcleos del óvulo y del espermatozoide se unen y se inicia el desarrollo del embrión que durará 9 meses.

El óvulo fecundado sigue su marcha hacia el útero ayudado por las contracciones de las trompas de Falopio y el movimiento de los cilios que tapizan sus paredes. Al mismo tiempo, el cigoto o huevo fecundado se divide muchas veces y se convierte primero en mórula, luego en blástula y por último en gastrula a partir de la cual se van originando los diferentes tejidos. Estas hojas embrionarias son las encargadas de la fabricación de las diferentes estructuras del cuerpo.

Cuando el embrión ya se encuentra en este estado, se anida en el útero.