Dame, Hija Mía, Tu Corazón!
Cuando nos sometemos al señorío de Cristo, es como si estuviéramos dándole nuestro corazón.
Ese es el primer paso hacia una vida nueva, una vida de amor, de paz y de justicia.
Démosle nuestro corazón a Cristo. A cambio Él nos dará la salud espiritual que tanto necesitamos. Démosle hoy nuestro corazón.