Me tendí una madrugada...en el jardín del olvido por ver si no recordaba, y purificaba el alma... con la humedad del rocío. Más no lo púde lograr... y de mis labios abiertos, resecos y doloridos se me escapó...aquel suspiro, suspiro de angustía y llanto de las entrañas surgido. Y me elevé de aquel lecho sin volver la vista atrás, trazando un nuevo camino con voluntad de olvidar. Pues de nada me sirvió confiar que aquel rocío borrara todas mis penas...en el jardín del olvido
Pili Martí
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