En 1946, el artista Ray Charles escuchó que la orquesta de Lucky Millinder visitaría la ciudad.
Charles
se las arregló para tener una audición con él y esto lo emocionó. Si
lograba unirse a Millinder sería, sin duda, algo grande.
Cuando
llegó su oportunidad, el joven músico tocó el piano y cantó dando lo
mejor de sí. En su condición de ciego, Charles no podía ver la reacción
de Millinder, por lo que cuando terminó, esperó pacientemente por su
respuesta. Finalmente el director de la orquesta le dijo: «No fue lo
suficientemente bueno, muchacho».
Charles regresó a su cuarto y lloró.
Algún
tiempo después, Charles dijo: «Aquella fue la mejor cosa que pudo
haberme pasado. En lugar de compadecerme de mí mismo, me puse a
practicar para que nunca nadie volviera a decirme lo que me había dicho
Millinder». Y no han vuelto a decírselo.
Como afirma el dicho popular: «Puedes decir que te sorprendieron una vez, después de eso, sencillamente no estás preparado»
La preparación de Charles le ha rendido frutos por más de medio siglo.
Ha tocado con algunos de los más talentosos músicos del mundo.
Quizás la preparación no garantiza el triunfo pero sin duda te da las condiciones para alcanzarlo. Maxwell, J. C. (2001; 2003). Las 17 Cualidades Esenciales de un Jugador de Equipo. Thomas Nelson, Inc.
¿No
crees que ya has llorado lo suficiente frente a la desilusión que
recibiste o las palabras que te dijeron? Es hora de usar el pañuelo,
secarte las lágrimas y ponerte a trabajar para superar esa etapa en la
que has fallado. Recuerda, no estas sólo. Dios está a tu lado. Levántate
y comienza de nuevo!!!.
Tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar. Eclesiastés 3:4.
Ciertamente
el pueblo morará en Sión, en Jerusalén; nunca más llorarás; el que
tiene misericordia se apiadará de ti; al oír la voz de tu clamor te
responderá. Isaiás 30:19
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