Azul loco y verde loco del lino en rama y en flor. Mareando de oleadas baila el lindo azuleador.
Cuando el azul se deshoja, sigue el verde danzador: verde-trébol, verde-oliva y el gayo verde-limón.
¡Vaya hermosura! ¡Vaya el Color!
Rojo manso y rojo bravo —rosa y clavel reventón—. Cuando los verdes se rinden, él salta como un campeón.
Bailan uno tras el otro, no se sabe cuál mejor, y los rojos bailan tanto que se queman en su ardor.
¡Vaya locura! ¡Vaya el Color!
El amarillo se viene grande y lleno de fervor y le abren paso todos como viendo a Agamenón.
A lo humano y lo divino baila el santo resplandor: aromas gajos dorados y el azafrán volador.
¡Vaya delirio! ¡Vaya el Color!
Y por fin se van siguiendo al pavo-real del sol, que los recoge y los lleva como un padre o un ladrón.
Mano a mano con nosotros todos eran, ya no son: ¡El cuento del mundo muere al morir el Contador!
Gabriela Mistral
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