Testigo nocturno.
Subo mi cuesta tranquilo, con esperanza y piedad, entre la rosa la espina, el temor y la verdad, de la mano del destino, lucho con la realidad. Soy de los hombres que sueñan, con simple felicidad, con la elegancia y el tino, de las pautas de bondad, como aquellos que pintaron, de color la humanidad. Cuando la noche se cierra, en la tenue soledad, en las sombras soy testigo, de las horas de ansiedad, del presente y de sus cambios, del amor y la amistad.
HECTOR OMAR MASI
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