Desde la cima del deseo
Cuando el sol despunta tras el horizonte, cuando la lluvia cesa sobre la hierba, cuando el mar se detiene sobre la orilla, cuando el viento se amansa entre las rosas, cuando unos labios se unen tras la penumbra, cuando una nueva vida demanda su espacio, el amor brota y reverdece como brizna de luz desde la negrura incierta de la noche.
No hay sombra que oculte la senda No hay tormenta que amenace la ilusión No hay tempestad que quiebre la esperanza No hay suspiro que siembre el corazón de recelo No hay besos a la otra orilla del tiempo El amor desciende y se apodera de la luz Desde la enhiesta cima del deseo.
José Hdez
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