Señor, quiero verte a los ojos, con lagrimas y decirte: ¿eras tu quién me hablabas? ¿eras tu quién me hacia esas promesas tan hermosas? ¿eras tu quien me liberó, me dio la mano en todo momento?
Padre por ti aprendí las verdaderas cosas de la vida, me enseñaste que es el verdadero amor, me ensañaste a hacer feliz. Gracias por darme esta oportunidad de conocerte… Dios!