Una mujer no es una flor.
Que puedes llevar a casa por una temporada, para admirarla, cuidarla y lucirla orgulloso, solo mientras esta fresca.
Una mujer no es una flor, para que después de disfrutar de su lozanía, su aroma y sus colores, la dejes cuando este marchita. Si tú ya tienes compañía y esta en casa, será sin duda para toda la vida. Entonces hazla feliz, y agradece a Dios por dejarte vivir al lado de la mujer que amas.
Millones de hombres que no tienen esa dicha darían la vida por lograrla, pero el tiempo lo destruye todo, con los años la belleza de tu amada ya no será la misma, su alma estará intacta o talvez allá enriquecido, pero físicamente comenzaras a verla otra manera, y es que su juventud, poco a poco se ira alejando. Cuando eso suceda, ojala recuerdes que ella no es una flor que llevaste a casa por una temporada, que es la mujer que despertó en ti el mas noble de los sentimientos, la misma jovencita que elegiste para formar un hogar y que ella dejando todo se fue contigo.
Ojala que el amor en su plenitud te haga te haga seguir a su lado para siempre juntos como Dios manda hasta el final del camino, amándola como merece, sin soberbias de juventud porque para entonces, tu también abras envejecido.
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