Sus descendientes serán conocidos entre
las naciones, y sus vástagos, entre los
pueblos. Quienes los vean, reconocerán
que ellos son descendencia
bendecida del Señor.» Isaías 61:9 NVI.
Es sorprende las características físicas de
cada raza, el parecido en los rasgos de
la cara y en algunas hasta el pelo es de
determinada manera. Pero no solo los que
pertenecen a una etnia se parecen por lo
físico, sino que se identifican con sus
costumbres y predilecciones, comparten
la historia del lugar y su cultura, esto le da pertenencia.
En muchas ocasiones se puede saber de
dónde es una persona solo al ver su rostro,
como esta vestido o la manera en que se
desenvuelve porque la cultura de un lugar se respira desde el nacimiento.
¿De dónde venimos? ¿A qué lugar pertenecemos?
¿Cuál es nuestra familia? La Biblia dice que los
descendientes de aquellos que han sido sanados
y rescatados por el amor y la gracia de Dios,
serán reconocidos donde estén porque
pertenecen a la familia de Dios. Parece que
nuestros rasgos, nuestra forma de ser y
nuestras predilecciones se parecen a los de
nuestra familia. Y así será hacia adelante,
nuestros hijos serán identificados como una
descendencia bendita, porque ellos han sido
testigos de nuestra sanidad y reciben bendición a través nuestro.
Dejemos que Dios nos sane, no perdamos
el tiempo, porque los nuestros se parecerán
a nosotros. Pero nosotros, ¿a quién nos parecemos?
Oración: Señor, pertenezco a tu familia,
ayúdame a parecerme cada día más a Ti,
quiero que mis hijos sean benditos también.