“Cuantos son los días de tu siervo? Cuando harás juicio contra los que me persiguen? Salmo 119:84
Cuantas veces me he olvidado de disfrutar los días que Dios me ha dado, los cuales son pocos y tiendo a lamentarme como el salmista, cuando dijo, Cuantos son los días de tu siervo y cuando harás juicio contra lo que me persiguen? Para hoy disfrutar de mis días , debo considerar las circunstancias, sonreír, disfrutar de lo que es..antes que deje de ser.
Hay seis realidades que no puedo modificar.
La primera es que todos envejecemos “ Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría”.
La segunda realidad que no podré cambiar es que la vida es difícil y dura, es una constante lucha: El hombre nacido de mujer…hastiado de sinsabores.
La tercera realidad que hoy no podré cambiar es que la vida no es siempre justa. La Biblia dice: O aquellos dieciocho sobre los cuales cayó la torre de Siloé, y los mató, pensáis que eran más culpables que todos los hombres que habitan Jerusalén”
La cuarta realidad que hoy no podré cambiar es que por más atractivo que yo sea, no puedo lograr que todos me quieran Hasta de Jesús se dijo: De Nazaret puede salir algo bueno? y se burlaban de él.
La Quinta realidad que hoy no puedo cambiar es: Por más que me esfuerce, no puedo cambiar a nadie. Cada persona con la ayuda de Dios y nuestro ánimo, debe tomar la decisión de cambiar.
Y la última cosa que hoy no puedo cambiar es que por oscuro que sea el porvenir, no puedo modificar el hecho de que Dios esparce bendiciones inesperadas en nuestro camino. Por la noche durará el lloro y a la mañana vendrá la alegría.
Si nada de eso lo puedo cambiar entonces vale la pena disfrutar los pocos días que Dios me regala, vivirlos para él y para aquellos que me rodean…pero también para mi. Por que Cada día viene trayendo sus regalos…entonces hoy me dispongo a desatar las cintas de esos regalos para disfrutarlos,
Señor. Gracias por este día. Gracias por la vida hermosa que me haz regalado. Ya no quiero quejarme ni protestar por los días de mi vida. Se que cada día es un regalo que me entregas en mis manos y hoy quiero abrir las cintas de ese regalo para gozarme en tu amor y en tu bondad. Señor ayúdame a contemplar tu grandeza y tu amor. Se que hay cosas que no podré cambiar, pero yo si puedo cambiar, hoy tomo la decisión de dar los pasos para cambiar con tu ayuda en aquellas áreas que me molestan y que molestan a otros. Amén.