Abrirá el SEÑOR para ti su buen tesoro, los cielos, para dar lluvia a tu tierra a su tiempo y para bendecir toda la obra de tu mano; y tú prestarás a muchas naciones, pero no tomarás prestado. Deuteronomio 28:12
Hoy nuevamente el Señor abrirá su buen tesoro sobre nosotros, y cual es ese buen tesoro, los cielos, y desde allí enviará lluvia.
Lluvia de bendiciones y de amor. Lluvia de misericordia y de comprensión.
Así como la lluvia física con su dulce sonar al caer parece traer descanso a nuestra mente, las lluvias de bendiciones y de paz que vienen de Dios, traerán descanso a nuestra alma.
El amor expresado de Dios sobre nosotros hoy, es cómo la luz matutina cuando sale el sol en un amanecer sin nubes, es como el resplandor tras la lluvia que hace germinar la hierba sobre la tierra, Dios da la lluvia sobre la faz de la tierra, y envía las aguas sobre la faz de los campos, para sostenernos.
Así en nuestro espíritu hoy, recibiremos la lluvia de su amor para hacernos fértiles y fructíferos
El atrae las gotas del agua y a la lluvia convierte en vapor, pues a la nieve dice desciende a la tierra, y a la lluvia y al aguacero sed impetuosos, o lluvia y aguaceros, abundante lluvia esparciste oh! Dios, a tu posesión exhausta reanimaste, descenderá como lluvia sobre la hierba cortada, como los aguaceros que humedecen la tierra, cuando por el valle de lagrimas lo convierten en manantial, también la lluvia temprana lo cubre de bendición, el hace subir la neblina desde los extremos de la tierra, el hace los relámpagos para la lluvia, y saca el viento de sus depósitos
Señor, si hoy mi vida esta marchita y agotada por los incesantes rayos quemantes de las preocupaciones, si hoy mi alma a perdido su verdor, hoy entonces quiero estar bajo la influencia dulcificadora de tu amor, para que las gotas de tu lluvia refrescante revitalicen mi corazón, y aclaren la vista de mi espíritu.
Cuando tu fresca lluvia me toca, la vida tuya me envuelve y entonces refresca, trae bondad a mi alma, hoy quiero disfrutar de la lluvia hermosa de tu amor, hoy me refrescaré en la oración y beberé el agua cristalina de tu palabra que llega como lluvia temprana a mi existencia.
Que puedas hoy disfrutar de la lluvia del amor divino.