Porque amarte es así de dulce y
hondo como esta fiel serenidad del agua que corre por la acequia
derramando su amorosa ternura sobre el campo. Te amo en este sitio de
campanas y árboles, en esta brisa, en estos jazmines y estas dalias. La
vida y su belleza me llegan claramente cuando pienso en tus ojos bajo este
cielo pálido. Sobre la yerba limpia y húmeda mis pisadas no se oyen, no
interrumpen el canto de los pájaros. Ya la niebla desciende con la luz de la
tarde y en tu ausencia y mi angustia más que nunca te amo.