La vida es una experiencia y hay que aprender de ella en cada paso.
En el camino suele haber días tan
dulces y días tan tristes, pero en esto me pregunto, qué sería de mi si
no conociera la tristeza, el dolor, no lo sé, simplemente he dado
respuesta a esto con más preguntas.
Dentro del camino suelen tener la
compañía o la presencia en algunos momentos, pero también puede reinar
la soledad. Puedes observar las huellas que han quedado impregnadas
dentro de tu camino y puedes darte cuenta de lo que en realidad necesita
tu vida.
Dentro de este camino hay espinas que
nunca salen de tu interior, hay estrellas que suelen señalar, pero
quizás nunca llegues a palpar su calor. Hay momentos que rebasas tu
felicidad y momentos en agonías en tu dolor, pero la vida es un subir y
bajar de emociones, es una vida peligrosa pero a la vez suele ser
hermosa.
El ser no es más grande por su tamaño
si no por la fuerza que se encuentra en su interior: ¿Qué pasaría con
las ilusiones y con los logros si entre ellos no existe un esfuerzo?
¿Qué pasaría con caer y no levantarse? No podríamos conocer el éxito,
hay personas que luchan y consiguen llegar a la meta sin limitarse en
ella, sino seguir más adelante.
En el camino en algunos momentos es
necesario mirar hacia atrás, pero no es necesario retroceder, es
necesario escuchar el silencio, tal vez del silencio escuches algo más
profundo de lo que escucharás en la turbulencia, trata de observar a tu
alrededor; cada uno tiene un universo diferente, tal vez inexplorado o
sin descubrir, tal vez tu sólo estés soñando, y yo sólo sea parte de tu
sueño.
Autor Desconocido.
La Vida es un proceso que hacer
germinar dentro de nuestro corazón las semillas de la Esperanza, la Fe y
El Amor. Nunca exterminemos esas semillas, por el simple hecho que no
entendamos los momentos críticos de la Vida.
¿Quién es el hombre que desea vida, que desea muchos días para ver el bien? Salmo 34:12.
Porque en ti está la fuente de la vida,y en tu luz podemos ver la luz. Salmo 36:9.
El Señor protege la vida de los íntegros, y su herencia perdura por siempre. Salmo 37:19.
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