Supiste día a día ganarte nuestra confianza, hacerte compañera de los sinsabores, compinche de nuestras alegrías. En un mundo de indiferencia y envidia, logramos juntos edificar un mundo perfecto, un oasis sagrado en el que pudieramos ser nosotros mismos y descansar en la confianza y la comprensión. A pesar de las turbulencias defendimos con entereza nuestro lugar (nuestra comunidad). No cedimos ante los compromisos, la falta de tiempo, el trabajo. Siempre pudimos encontrar un momento en el que juntarnos a comulgar y a compartir nuestras experiencias. Y eso es importante, importantísimo.
Espero que pronto volvamos a saber de ti, y que nos des la alegría de saber que todo marcha mejor en tu vida.
un besazo enorme.