YA NO BUSCO OTROS SENDEROS
Vengo de un camino pedregoso,
aun sabiendo el camino era fuérte,
marche erguida como quién vence,
con un saco de sueños fracasados.
Inventádote vivía siémpre,
presa por un amor limpio y tierno.
Tropecé en mi afán por encontrarte
y me dí de bruces cuantas veces.
Camino nuevo quiéro que abramos,
nuestras pisadas sean constantes,
en concreto, firme, no fingidas.
No demos pisadas simuládas.
En tu amor mis ójos hoy se posan,
ya no busco ótros senderos.
Siento tus manos en mis hómbros,
como las alas que me robaron.