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Los huevos son infaltables en las celebraciones de la Pascua de algunos de nuestros países y todos esperan ansiosos estas fechas para comerlos en familia. La tradición los emplea desde los tiempos remotos, siendo símbolo de fertilidad, de buen augurio y resurrección. En el antiguo Egipto y la Mesopotamia el huevo era el símbolo de la vida, para los griegos era la fecundidad de la tierra, para los fenicios la quinta esencia del ser. En el siglo XII, en el día de la Resurrección, se acostumbraba el intercambio de huevos bendecidos. En la época del Zar Alejandro III, como regalo cumpleaños de la Zarina, éste le encomendó al joyero Fabergé que le fabricara un huevo con piedras preciosas, oro y porcelana, tradición que repitió en cada cumpleaños. Fue cuando el cacao fue descubierto que el huevo se comenzó a elaborar de chocolate y rememorando la tradición rusa se colocaba una sorpresa simbólica preciosa dentro del huevo de chocolate.
Crear un huevo o alguna otra figura simbólica de chocolate no es difícil. Cada año se crean maravillas por los profesionales chocolateros quienes utilizan materia prima de excelente calidad, es decir un buen chocolate cobertura, que siguiendo las técnicas de templado es fácil de utilizar y le da brillo al producto terminado. El chocolate cobertura puede ser amargo, con leche o blanco. Un maestro chocolatero decía que la belleza del objeto creado no solo debe ser exquisito sino que debe estimular la vista.
Cómo prepararlos
Para templar de una manera fácil el chocolate puedes utilizar el microondas, colocando en el recipiente adecuado el chocolate en trozos pequeños calentando por 30 segundos, comprobando la temperatura y realizando este procedimiento tantas veces como fuere necesario hasta obtener un líquido viscoso y alcanzando el punto justo de templado. Para comprobar este punto, pon un poco de chocolate en el labio inferior, si no te quemas entonces estará listo. Luego se pone el chocolate derretido en los moldes de plástico pincelándolos o llevándolo hacia los bordes, teniendo la precaución de dejar los bordes más gruesos, para llevarlos luego a enfriar en la nevera. Una vez que el chocolate está firme, se pincela nuevamente para obtener un producto con más consistencia, llevándolo una vez más al frío. Luego se desmoldan con cuidado golpeando el molde sobre la mesa. Al rellenar se pueden poner confites, bombones o sorpresas y para unir las dos mitades se utiliza un poco de chocolate derretido o simplemente se apoyan las mitades de los huevos en una plancha o bandeja caliente, lo que hará que se derrita el chocolate. Luego se juntan las dos mitades haciendo una ligera presión para unirlos. Se decora con glacé o con chocolate cobertura blanco para sellar estas uniones.