EL VIRUS del AMOR
Que cansado que me encuentro,
“Avatares del destino”
Que tengo que trabajar hasta los sábados y domingos,
Para poder yo pagarle horas extras a Cupido,
Que siempre me va persiguiendo,
Que solo trabaja conmigo,
Que pienso que estoy enfermo de este virus tan benigno,
Que es el virus del Amor que siempre llevo conmigo.
Que espero que mi corazón sea extenso como el Nilo,
Para que no se me acabe ahora a mitad del camino,
Que cada vez que me enamoro se me segrega un trocito,
Que esto más que corazón parece urbanización,
Pues lo tengo parcelado ya con calles y avenidas,
Para no olvidarme nunca lo que a sido de mi vida,
Que cuando de nuevo me pase no me llevare sorpresa,
Y el sentimiento y la sangre me embotaran la cabeza,
Que como un millón de caballos recorrerán desbocados,
Y después irán bajando hasta mi corazón cansado,
Galopando por mí pecho que lo tengo destrozado,
De tantas corredurías que por aquí se han pegado,
Que tengo que ir al doctor que me cure de este virus,
De este virus tan benigno que es el virus del amor.
Tony Escorpion