Bienestar total
Con tanta información de cómo vivir bien, ¿nunca te has preguntado por qué gente de éxito profesional no es feliz? ¿Por qué tanto joven, en plena juventud, se siente ya desmotivado? ¿Por qué mujeres bellas viven crónicamente insatisfechas con su cuerpo? Si no es el éxito, la juventud y la belleza física, ¿dónde está la fuente de la felicidad?
Está en el valor que solo uno puede darle a su propia vida. Muchas personas viven desconectados de su Ser. Las personas infelices están tan programadas desde lo externo que no se dan cuenta de las muchas carencias internas que no han desarrollado, como por ejemplo:
Falta de autoconciencia: no saben realmente quiénes son, qué quieren, qué sienten, para qué viven, cuándo es suficiente,
Falta de relación saludable con ellos mismos: como todo lo que hacen es tan urgente, tan importante para impresionar a otros, no tienen tiempo que "perder" con ellos mismos.
Falta de empatía hacia ellos mismos: creen que más es mejor siempre...aunque estén explotados; no se permiten parar y reflexionar en lo que se están haciendo. Cada día se exigen más y más.
Falta de aprecio incondicional, auto estima: Son sus peores enemigos con hábitos autodestructivos como la constante crítica, la comparación con los demás, la perfección adictiva
Falta de un plan de desarrollo personal: Se quedan demasiado tiempo con pensamientos y sentimientos de debilidad, inseguridad, insatisfacción, infelicidad como lo "normal". Todos tenemos un niño o niña herida que redimir y necesitamos crear nuestra estrategia de soltar, sanar, dejar ir, perdonar, crecer y transformar.
Somos seres en constante evolución. Esa es la Ley de la Expansión. Cuando compramos una planta pequeña viene en un tiesto chiquito. Al comenzar a crecer, la tenemos que trasplantar para que sus raíces se expandan y siga su desarrollo normal. Si se queda en el tiesto pequeño, se asfixia, se muere.
Igual, nosotros necesitamos romper, a través de la reflexión, con las limitaciones aprendidas cuando todavía no habíamos desarrollado conciencia de nosotros mismos. Tenemos el poder de crear una identidad más libre, auténtica, feliz y más potencializada con nuevos recursos.
Abraham Maslow, psicólogo humanista, dice: "Si la única herramienta que tienes es un martillo, verás todos los problemas como clavos que martillar".
Todos, en algún grado, hemos padecido de un síndrome que llamo: el síndrome del demasiado que Ser: inteligentes, competentes, bellos, talentosos, delgados, profesionales, ricos, estudiados, sociales, carismáticos, etc. Hemos permitido que los demás nos valoren, por la apariencia del éxito y la belleza externa