LA AMISTAD
Para conservar a un amigo 3 cosas son necesarias:
honrarlo cuando esté
presente, valorarlo cuando esté ausente,
y asistirlo cuando lo necesite.
Gran parte de la vitalidad de una amistad
reside en el respeto
de las diferencias,
no sólo en el disfrute de las semejanzas.
Tómate tiempo para escoger un amigo;
pero sé más lento aún en cambiarlo.
La amistad es un alma que habita en dos cuerpos
y un corazón que habita en dos almas.
La verdadera amistad es la que sigue a tu lado incluso
cuando no te queda nada por ofrecer,
salvo tu compañía.
A veces, una separación prolongada, a la vez
que amortigua los rencores despierta la amistad.
La amistad es como un lucero
que siempre está dando luz al cielo.
No busques amigos sin defectos,
pues te quedarás sin amigos toda la vida.
Tampoco busques defectos en tus amigos,
pues poco a poco te quedarás solo.
A las personas les interesa nuestro destino exterior;
el interior, sólo a nuestro amigo.
Si quieres hallar en cualquier parte amistad,
dulzura y poesía, llévalas contigo.
Es una regla en la amistad que cuando la desconfianza
entra por la puerta, el afecto sale por la ventana.
¡Qué raro y maravilloso es ese fugaz instante en el que
nos damos cuenta de que hemos descubierto un amigo!