SEGUNDO DILUVIO
A principios de esta década Dios visitó a Noé y le dijo:
-Una vez más la Tierra se ha hecho inhabitable, sobre poblada y llena de egoísmos. debo actuar urgente.
Construye un arca y reúne una pareja de cada ser vivo, como así también busca una mujer y un hombre, elije a la mejor pareja. Tienes 6 meses antes que envíe desde el cielo torrentes de agua durante 40 días y 40 noches.
Seis meses después, el Señor, volvió a visitar a Noé, lo encontró tomando unos matecitos en el lugar donde debería estar el arca.
-Noé ¿donde está el arca? Pronto enviaré la lluvia, dijo el Señor.
-Perdóname, Dios mío, los tiempos han cambiado. Dijo Noé. Necesitaba un permiso municipal, para realizar la construcción del arca, he debido realizar innumerables trámites, por varios meses.
Durante ese tiempo, mis vecinos se han reunido en asambleas barriales, realizaron cortes de calles, en protesta por la violación de las normas de convivencia, aducían que les traería problemas de contaminación.
Tuve que conseguir un permiso para cortar la suficiente cantidad de madera, las asociaciones para la protección del medio ambiente me han impedido talar los árboles necesarios, aduciendo que peligraría alguna especie animal, y todo lo referente al calentamiento global. He intentado explicarles que al contrario, toda esa madera serviría para salvar muchas especies, de nada ha servido.
Al mismo tiempo trate de reunir las parejas de diferentes especies, por lo que la sociedad protectora de animales me lo prohibió bajo el pretexto de encerrar animales salvajes, en espacios demasiado pequeños, me acusan de realizar actos de crueldad ya que ellos también tienen sus derechos.
El Ministerio de Trabajo también me ha observado algunas cuestiones. Me impiden contratar trabajadores voluntarios, sin protección social, mientras que los sindicatos me prohíben emplear a mis propios hijos, debo hacerlo con trabajadores especializados.
Para terminar, la Aduana y la Secretaria de Fauna, me acusan de querer pasar por las fronteras con especies reconocidas en peligro de extinción.
Dios mío, tu sabes que siempre te he obedecido, tal vez necesite unos diez años para cumplir con tu petición.
De inmediato, las nubes desaparecieron y en el cielo brilló un espléndido Arco Iris.
Noé miro hacia el cielo y dijo: -Señor, ¿entonces, no vas a destruir la Tierra?.
-No es necesario, los hombres se encargarán, respondió Dios.
Que triste realidad, a diario nos enteramos como se esta socavando los cimientos de nuestra morada, a pesar de la gran cantidad de organizaciones destinadas a la conservación de la vida de nuestro planeta. Se gastan millones de dólares y al parecer todo va de mal en peor.
Las normas y las leyes impuestas por los hombres, solo nos llevan a convivir en burocracia, para no hacer nada por nadie, ni por nosotros mismos.
Dios nos envía innumerables avisos de nuestra autodestrucción, noticias de todo tipo nos indican de cambios climáticos que pueden producir grandes catástrofes y en las que podemos estar inmersos.