Cuando las sombras se ciernen
y todo es oscuridad
es difícil creer que la luz
nos vendrá a salvar.
El alma se llena de angustia
es inútil poder pensar
se espera que pase todo
sin tener que razonar.
También Jesús se queda solo
en medio de la calamidad
nadie sale en su defensa
porque temen la adversidad.
El que está lleno de odio
solo se quiere vengar
y anular la contradicción
del que lo quiere cambiar.
Pero la oscuridad de la noche
se poblará con miles de estrellas,
frente a la verdad de la luz
las sombras quedan perplejas.
Feliz culpa la del hombre
que queriendo matar a Dios
descubre su realidad
que reclama liberación.
Jesús asume el pecado
y lo borra con el perdón,
a la humanidad desorientada
le muestra la salvación.
El proceso no termina
pero la dinámica se inició,
la muerte a sido vencida
en los brazos del amor.
El odio no tiene sentido,
la venganza terminó,
el tiempo es un sitio distinto
al servicio de la compasión.
Jesús partió al cielo
dejándonos su misión,
el mundo es un lugar abierto
para su evangelización.
Nos entrega su vida nueva
como un espacio de luz
para que todo el que quiera
ilumine como Jesús.
P. Hernán Pérez Etchepare ssp