Dosis de alegría.
Te regalo una dosis de alegría,
al invitarte este rato a ser feliz,
unas palabras brillantes de armonía,
que den al mundo el color de otro matiz.
Y mientras tanto me siento más dichoso,
sueño en la vida con ganas de volar,
o simplemente me pierdo en la poesía,
con la elegancia de ser y recitar.
Confiadamente dejando los problemas,
sencillamente detrás de algún cristal,
para poder reírme sanamente,
y con mi risa poderte contagiar.