El sol que se cae, en el horizonte
con su beso tibio rozando al pasar.
El blanco reflejo de la luna llena
que besa las aguas, amante del mar,
La brisa que suave, va envolviendo todo
dejando fragancias de tilos y azahar.
El rocío que besa, con húmedo anhelo
el pétalo amado, en frágil cristal.
El canto que arrulla la noche serena
cuando canta alegre el viento al soplar.
Son esas las cosas que no tienen precio
que nos dan la dicha y nos llenan de paz.
Esas simples cosas que al sentirlas dejan
flotando en el alma... la felicidad.
DE LA RED
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