Escóndeme, que el mundo no me adivine.
Escóndeme, que el mundo no me adivine,
escóndeme como el tronco su resina,
y que yo te perfume en la sombra, como
la gota de goma, y que te suavice con
ella, y los demás no sepan de dónde
Viene tu dulzura...
Soy fea sin ti, como las cosas desarraigadas
De su sitio; como las raíces abandonadas
Sobre el suelo.
¿Por qué no soy pequeña como la almendra
En el hueso cerrado?
¡Bébeme! Hazme una gota de tu sangre, y
Subiré a tu mejilla, y estaré en ella
Como la pinta vivísima en la hoja de la
Vid. Vuélveme tu suspiro, y subiré
Y bajaré de tu pecho, me enredaré
En tu corazón, saldré al aire para volver
A entrar. Y estaré en este juego
Toda la vida.
Autora: Gabriela Mistral)