Lástima, con tu dolor me lastimas
desgarras sin clemencia la existencia,
cruel desdicha que se arrima,
aquejado vivo en solitaria penitencia.
Engañosa virtud lacerante
sin mostrar daga alguna me cortas la esencia,
la haces pedazos, tortura agonizante,
luz turbia de falsa apariencia.
Me arrastras a la soledad sin respiro
y se sofoca el alma de ese sentimiento absurdo,
herido en las sombras por un amor aún suspiro,
sin piedad se ha burlado, es un suceso tan burdo.
Lástima, hasta mi llegas sumisa y dócil a reanimar
misterioso es tu designio, difícil es de entender,
cuando el daño que ocasionas no se puede valorar,
las cicatrices perduran y las tengo que esconder.
Julio Medina
10 de mayo del 2011