Por tocarle el rabico, el timbre de mi voz se apagó de una coz que me soltó un borrico.
Por golpear una colmena con un trozo de alambre salió todo el enjambre a darme la enhorabuena.
Sin querer hacer el mal en trances me he visto, pues creyendome muy listo he sido solo un animal.
DE LA RED
|