Reflexiones Cristianas
Efrón
Kuchkaryan, abuela de mi esposa, supo demostrar que es posible modelar
una vida de acuerdo al servicio. Junto a su esposo Jachadur experimentó
incontables vicisitudes (cuya sola mención merece la edición de un
libro); sin embargo, en todo momento privilegió el servicio como
elemento esencial de una vida plena.
Aún
en las últimas semanas de su existencia terrenal, a los 86 años de
edad, su mayor preocupación estaba centrada en el bienestar de los
demás. No era una mujer de grandes discursos (que tienen su lugar y su
importancia), no era una persona de grandes títulos (cuya obtención no
se menoscaba), ni tampoco abundaba en riquezas materiales (que ocupan un
sitial de importancia cuando se las ubica en la escala de valores
adecuada).
"Efronia
(como cariñosamente la llamaba su marido) creía en el servicio
silencioso, ese que se manifiesta a través del amor desinteresado, la
entrega deliberada, y el sacrificio individual por el bien de los demás
como medio para alcanzar el gozo comunitario.
En otras palabras, su vida fue una perfecta definición de lo que significa servir.
Porque
el servicio involucra mucho más que palabras: es una actitud de vida.
Porque el servicio es distinto al servilismo: es entrega desmedida sin
necesidad de caer en la ciega y baja adhesión a la autoridad de alguien.
Porque el servicio va más allá del egoísmo: es ser grandes sin necesidad de demostrarlo.
Jesucristo
dijo en cierta ocasión: "No vine a este mundo para que me sirvan, sino
para servir a los demás. Vine para liberar a la gente que es esclava del
pecado, y para lograrlo pagaré con mi vida" (Marcos 10.45 - TLA).
¡Lancémonos
a la aventura de servir! Me gusta cómo lo expresó el Cardenal argentino
Jorge Bergoglio en una reciente homilía sobre las palabras de Jesús:
"Nadie puede llegar a ser grande si no asume su pequeñez.
La
invitación de las Bienaventuranzas es un llamado que nos apremia desde
la realidad de lo que somos, nos entusiasma, lima los desencuentros. Nos
encamina en un sendero de grandeza posible, el del espíritu, y cuando
el espíritu está pronto, todo lo demás se da por añadidura".
Cristian Franco Ningún
siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará
al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a
Dios y a las riquezas. --Lucas 16:13.
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