Astro mío, como una sinfonía sideral
encumbras la nebulosa injusticia
del astral trayecto de lo poético
que de la estela de lo idílico evoca
la oscuridad del pecado, la profundidad del olvido;
Astro mío, eco sobre la cósmica sombra de la noche
los satélites ardientes de mi idolatría,
cual astronómico cincel de neón
tallo el vacío que habitan las palabras
con la fulgurosa calidez de tu cercanía.
Astro mío, como un explorador galáctico
atado a la cabellera de algún cometa
cazo la poesía de tu luz con mis palmas,
y tú cual estación zodiacal agitas la marea
de cariños que sahúman mis arterias/
eclipsas los versos innatos
con los tono pasteles de tu harmonía,
y exhalo la inspiración de tu esencia
como cosechando del sol la alegría.
Astro mío, gravito la premura de vivir orbitando
el harmonioso amanecer de tu mirada,
belleza gentil de áureos luceros que irradian
ternura desde la aurora de tus mejillas/
sonrosadas como un beso aletargado en la tibieza
que florece sobre los bancos del alba,
sonrosadas como el suspiro que disfrazado de verso
quiere ser la caricia que enamora el alma.