Nuestros puntos de vista pueden hacernos olvidar lo fundamental: todo viene de Dios.
Junto a la misión vivía un profesor retirado que quería bautizarse y hacer la primera comunión el mismo día. Fue él quien me contó esta historia. Ojalá pudieras escucharla de sus mismos labios…
En una ocasión tres científicos paseaban por un jardín público y se detuvieron frente a una rosa roja.
- ¿Por qué la rosa es roja? -preguntó uno de ellos.
Cada uno comenzó a hablar según su especialidad. El primero dijo:
- Debe ser por el tipo de paquetes de onda que emite bajo el influjo de las radiaciones solares.
Otro añadió:
- No, más bien, es roja porque nuestra capacidad visiva cubre los siete espectros del arcoiris.
Y el último:
- En realidad se debe a la luz, ya que si este vegetal fuera iluminado por rayos gamma o ultravioleta, cambiaría su color.
Pero al improviso la rosa habló dejándoles desconcertados:
- Os equivocáis todos. Soy roja porque Dios así lo quiere.
Nuestros puntos de vista pueden hacernos olvidar lo fundamental y las explicaciones parciales pueden intoxicar nuestra vida. Pero la última respuesta está siempre en el que ordenó el universo tal como lo conocemos.
DE LA RED