NO PREGUNTES, MISTERIO!
Aroma de luceros, miradas penetrantes, noche recién nacida, piel que se va encendiendo en cada poro abierto, en cada herida nueva de mi cuerpo sangrante, de mi corazón ciego.
Mi abismo predilecto, mi bosque de tormentas, golondrinas cansadas, gaviotas pasajeras, la música celeste que arriba hasta mi puerto de licuada nostalgia y temblorosos barcos.
Enigma sin preguntas que vienes con las ondas rotas de los remansos y las brisas caladas de los vientos del Este, como blandos cuchillos, como voz con lamentos hasta mi propia celda.
Luna que vas preñada de miradas perdidas, inconmovibles faros en tu ebánico rostro, tus rayos cadenciosos queman mis labios rotos y en la húmeda garganta se despiertan mil cantos.
Los delgados sudores de mi pluma silvestre no alcanzan los latidos, ni las aguas fantasmas donde llegan a abrirse los pétalos del sueño que llevan en sus alas tu rostro de secretos.
Eres la flor más rara que ha crecido en mis campos, la caja de Pandora no soltó sus amarras y en mis huesos de surco se filtraron sus anclas, por eso te adivino con cada melodía
que llega de las sombras a mi jardín florido, sedientas como sierpes que no encuentran paredes ni ventanas de fuego donde quemar sus besos, sin encontrar palabras te llamo en los silencios.
El teléfono quiere que llegues a mi estanque, ahí verás mi loto gimiendo claridades, deja tu voz grabada cual huella que en mis linfas va sonando tambores para espantar mis miedos.
No busques las excusas que el olvido precisa, no permitas que el fuego deje abiertas sus venas, mis parpados cansados no saben de distancias y por eso te buscan en todas las visiones.
Ven a la melodía de mi corazón triste y verás como cantan gorriones en mi pecho sabrás que aún existen besos que no han partido, incautos soñadores que viven de esperanzas.
No preguntes misterio, mi vuelo sin banderas, sin raza, sin colores, es agua de otra fuente, mi soledad espera llenarse con sus olas, con la cálida brisa de sus muslos de Leda.
Autor: CESAR LUCIL
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