Y, mi alma descuidada, reposaba entre bancales o,dormitaba aletargada en los tibios arenales de la mar.
En lindos atardeceres se perdía,y recreaba su mirar olvidando por un tiempo… ¡trabajar en despertar!
En la lejanía podía oír como un susurro …una voz, ¡apremiandola a luchar en el duro despertar!
¡Despierte el alma dormida! es hora de ir avanzando ¡desperezad las conciencias! no las dejéis dormitando.
Margarita Melero Julio 2008
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