Me gusta, No me gusta.
Me gusta desarrollar mi conciencia, para comprender por qué estoy vivo, qué es mi cuerpo y qué debo hacer para cooperar con los designios del universo.
No me gusta la gente que acumula datos inútiles y se crea conductas inútiles postizas, plagiadas de personalidades importantes.
Me gusta respetar a los otros, no por las desviaciones narcisistas de su personalidad, sino por su desarrollo interno.
No me gusta la gente cuya mente no sabe descansar en silencio, cuyo corazón critica a los otros sin cesar, cuyo sexo vive insatisfecho, cuyo cuerpo se intoxica, sin saber agradecer estar vivo, cada segundo de vida es un regalo sublime.
Me gusta envejecer. Porque el tiempo disuelve lo superfluo y conserva lo esencial.
No me gusta la gente que por amarras infantiles a mentiras las convierten en supersticiones.
No me gusta que haya un papa, que predica sin compartir su alma con una papisa. No me gusta que la religión esté en manos de hombres que desprecian a las mujeres.
Me gusta colaborar y no competir. Me gusta descubrir en cada ser esa joya eterna que podríamos llamar dios interior.
No me gusta el arte que diviniza el ombligo de quien lo practica. Me gusta el arte que sirve para sanar. No me gustan los tontos graves. Me gusta todo aquello que provoca la risa.
Me gusta enfrentar voluntariamente mi sufrimiento con el objeto de expandir mi conciencia.
Alejandro Jodorowsky.
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