El enamorarse tampoco es amor, sino desear para ti una imagen que te imaginas de una persona. Todo es un sueño, porque esa persona no existe. Por eso, en cuanto conoces la reali¬dad de esa persona, como no coincide con lo que tú te imaginabas, te des¬enamoras. La esencia de todo enamo¬ramiento son los deseos. Deseos que generan celos y sufrimiento porque, al no estar asentados en la realidad, viven en la inseguridad, en la descon¬fianza, en el miedo a que todos los sueños se acaben, se vengan abajo. El enamoramiento proporciona cier¬ta emoción y exaltación que gusta a las personas con una inseguridad afectiva y que alimentan una sociedad y una cultura que hacen de ello un comercio. Cuando estás enamorado no te atreves a decir toda la verdad por miedo a que el otro se desilusione porque, en el fon¬do, sabes que el enamoramiento sólo se alimenta de ilusiones e imágenes idealizadas. El enamoramiento supone una ma¬nipulación de la verdad y de la otra per¬sona para que sienta y desee lo mismo que tú y así poder poseerla como un objeto, sin miedo a que te falle. El ena¬moramiento no es más que una enfer¬medad y una droga del que, por su in¬seguridad, no está capacitado para amar libre y gozosamente.
ANTONY DE MELLO
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