El amor, esa maravilla
Cuando se te dio el regalo de la vida humana, se olvidaron de darte un manual
de instrucciones. Algunos no lo necesitan.
Pero a otros se les ha dado equivocado.
Estos últimos ven la vida como algo que los angustia, los llena de ansiedad,
de miedos y deseos. Esto es el resultado del manual
que les ha proporcionado su cultura.
No es la naturaleza la causa del sufrimiento, sino el corazón del hombre lleno
de deseos y de miedos que le inculca su programación desde la mente.
La felicidad no puede depender de los acontecimientos.
Es tu reacción ante los acontecimientos lo que te hace sufrir.
Naces en este mundo para renacer, para ir descubriéndote
como un hombre nuevo y libre. La atracción que brota de nosotros no es amor.
Eso que llamamos amor es un gusto por sí mismo, un negocio de toma y daca,
y de condicionamientos: tanto como me ames te amaré.
Es una dependencia, una necesidad de lograr una felicidad
que nos reclama desde dentro
(porque nosotros somos felicidad y hemos nacido para ser felices),
pero nuestra propia inseguridad hace que la reclamemos al exterior
y lo hagamos con exigencias, compulsivamente y con miedo de que se escape.
Lo manifestamos con un deseo de posesión, de controlar al otro, de manipularlo,
de apegarnos a él, por la ilusión de creer que, sin él,
ya no podremos ser felices.
Cuando amas de verdad a una persona,
ese amor despierta el amor a tu alrededor.
Anthony de Mello